Por Manuel Araníbar Luna.
La modernización en el futbol peruano empezó con el Sporting Cristal en los cincuentas. El fútbol que practicaba el elenco de La Florida con don Lucho Tirado era muy moderno, muy adelantado para el peloteo peruano de aquella época.
Conociendo la mala fama de los jugadores peruanos de aquellas épocas debido a su irresponsabilidad y desobediencia dentro y fuera de las canchas, don Lucho Tirado logró que los celestes fueran los primeros en utilizar la estrategia en forma relativamente disciplinada. Para ese entonces, los entrenadores en el Perú sólo indicaban a sus jugadores algunas minucias como “ya, tú te vas al ataque, si ellos contragolpean ustedes se defienden con cinco y, si los rivales retroceden, lanzas la pelota a tu puntero”.
Don Lucho Tirado llegó para implantar técnicas de tablero de apuntes que entonces no se aplicaban en estos pagos. Fue toda una revolución en la
estrategia. Además de la siempre traidora e impredecible trampa del fuera de juego, los tiros libres bosquejados en la pizarra eran practicados interminables veces, las jugadas ensayadas eran variadas y dinámicas. Los defensores rivales se
desconcertaban al ver a los celestes correr para uno y otro lado, tapando a la
barrera para salir corriendo en desbande,
llevando gente para acá o allá, intranquilizando al arquero que no sabía
si el ejecutante iba a disparar al arco o a habilitar a un compañero libre de marca o centrarla a
la cabeza de los arietes.
Hecha
la táctica, hecha la trampa…
Las
estrategias del DT chileno eran un tanto antipáticas. En el futbol casi aldeano
que se jugaba en aquellas épocas, los
aficionados rechiflaban sin entender la razón
por la que el austriaco Erwin Hiegger,
don Pedrito Falcón o Arturo
Yamasaki -los árbitros más ranqueados de entonces- cobraban offside reiteradas veces a los
delanteros rivales. Tal como se jugaba en aquellos tiempos, los punteros
corrían por su banda esperando el pelotazo en salida de los volantes. Un segundo antes, anticipándose al lanzamiento, la línea cervecera defensiva de tres en raya saltaba un paso hacia adelante y
el puntero rival, o quien saliera corriendo, quedaba en ficha de dominó
ocasionando un vergonzoso offside. Hecha la táctica, hecha la trampa.
¿Tridente?,
¡rastrillo!
Hoy
se habla de tridentes ofensivos. Sin embargo, en el Sporting Cristal de
aquellos años habría que hablar de un rastrillo ofensivo de seis o siete
jugadores, puesto que Rovay y Cavero sabían proyectarse por los flancos y con
ello se sumaban al ataque acompañando a los cinco delanteros. Este estilo de
marcador de punta – volante - delantero (hoy se le llama carrilero) lo adoptarían Eloy Campos y Tito
Elías pocos años después.
En
el 2012 la historia volvería a repetirse con el profesor Roberto Mosquera Vera quien volvió
a revivir el estilo cervecero inicial, con su ataque masivo, veloz y matador.
Sube
tú que bajo yo…
Otra
modificación venía a ser el cambio de posición de los punteros. No sólo
cambiaban de punta -cosa que ya era usual en ese entonces- sino que se metían
por el centro trocando puestos con el centro delantero y con ello distraían
marca para uno y otro lado. A veces el Chino se retrasaba como armador y Vides
agarraba la punta izquierda. Hoy esas cosas no llaman la atención, pero en
aquella época fueron todo un acontecimiento. Goles con esa táctica de “sube tú
que bajo yo” vimos aplicar al Faustino “Chino” Delgado quien trocaba puestos
con Mosquera y Antonio Sacco. Aunque la lentitud este último era característica
distintiva en él, la movilidad de Vides Mosquera distraía gente, lo que a
provechaban Navarrete y el Chino para sus rabiosos remates.
Han pasado 65 años y aún recordamos esos pequeños detalles.
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