miércoles, 13 de noviembre de 2013

IRVEN ÁVILA: LAS PENAS SE MATAN CON GOLES

Por Manuel Araníbar Luna.
Aunque su puesto habitual es por las puntas, el Irven, cuando se lo pide el DT, es un “centro delantero mentiroso” que se vale de varias armas: movilidad, cambio de ritmo y de posición permanentes. Además sabe relevar puestos y llevar bola desde atrás. La juega cortita, le saca la guaracha al marcador más rufián y, sobre todo, pisa el área con toda la cancha y la tremenda conchudez de los centros delanteros de oficio.
Otra peculiaridad: su ubicación. Siempre está a milímetros detrás de la línea tabú contraria. Y claro, la línea defensiva enemiga también juega  y en un centro pueden dar el paso oportunísimo hacia adelante y lo pueden dejar en ficha.

Ganándole al noble bruto...
Y este domingo contra Garcilaso, el Beybe, cuantas veces le dio la gana, pisó el área sin miedo infiltrándose entre la defensa visitante. Y así llegó el primer gol, ganándole el vivo al noble bruto que ni siquiera vio de dónde salió el delantero celeste en el discutido penal. A eso se le llama ‘pericoteo’ (que nada tiene que ver con el famoso ‘ratoneo’ de Markarián). El Irven es un robabolas que siempre está mosca para ver qué pelota puede pescar. Lanzó el anzuelo y pescó un penal ante la atónita mirada del larguirucho defensor que aún se rasca la cabeza preguntándose “¿de dónde salió, ah?”.
Como si fueran de plata...
Minutos más tarde, el Marcio quiebra por la derecha y se la suelta arrastrada, tan medida que la pelota se le abrazó como chalina al pie pidiéndole que no la abandone, como si las  piernas de Ávila fueran plata (y sí que lo valen), pero el implacable Irven no escuchó sus ruegos, se desligó de ella  y fusiló al Pipa. Dos a cero.
El tercer gol celeste llegó por un centro del chibolo Alexis que se la manda medidita a la mitra. El Irven le gana el vivo a los grandazos de la defensa visitante, la conecta hacia el otro lado y la rechoncha infla la canasta del mercado. Es que el Irven es escurridizo como un jabón, se le escapa al mejor guardián, roba espacios y sobre todo la mete como venga.

De puro goloso...
Y el último gol, el quinto, hay que reconocer que fue de puro goloso. Quería otro “tres al hilo”. Y el Valverde, comprensivo y bonachón le obedeció: “ya me convenciste, la chancha es toda tuya”.
Y el Irven la clavó arriba, donde las arañas ponen huevos. Quinto gol y tres al hilo para el Irven.
Ayer declaró el porqué de su racha goleadora: “Tengo un ángel que me está cuidando. Yo sé que, desde el cielo, mi madre me está iluminando y bendiciendo en cada partido. Mi hija y mi esposa también están a mi lado siempre y eso me hace feliz”.

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