Por Manuel Araníbar Luna
Un
empate que deja un sabor amargo por lo injusto del resultado. Sporting Cristal
tuvo el 69 por ciento de la posesión de la pelota pero no anotó. Esto es un
desperdicio, como tener el dinero en el baúl y extraviar la llave.
Más fueron los parlantes que la
orquesta.
Todas
las bravatas que lanzaron los medios chicha se difuminaron al encontrarse un
equipo matutero temeroso, asustadizo y pusilánime con desafiante Sporting
Cristal, bien plantado y ordenado. Claro que sin pólvora en los chimpunes, está bien tener la pelota pero hay
que meterla.
Penny
no tuvo trabajo, ni siquiera se ensució la chompa. La línea de cuatro estuvo
solvente. Tan sólo se presentó una escapada de Zorrito en donde Loba se gana la
amarilla por bloquearlo. Y no hubo nada más.
El
equipo local se replegaba invitando a los celestes que entren a la casa. En el
Cristal había generación de ataques pero no había claridad para definir. Era como
lanzarle una manzana a un manco de ambas manos. No tenían cómo pescarla ni cómo
meterla.
Sin la pausa refrescante…
En el medio, Cazulo era la escobita que barría
todo pero no se mandaba mucho. Aun así se convirtió en el mejor jugador del
campo, como es ya costumbre suya. Loba, algo acelerado, repartía las
cartas pero los delanteros perdían la dirección. Es que Carlitos, por las
órdenes de Vivas de jugarla rápido, no se tomó la pausa refrescante como para pensar en
habilitar más a Ross y Ávila que a Periquito.
Calcaterra
era el mixto que se multiplicaba para bloquear con facilidad al previsible
medio campo local, y bien que se daba sus buenas escapadas. Y Junior por la
derecha causaba más daño que por la zurda, la cual es su lugar natural. Ávila entraba
de centro delantero mentiroso. Quería y no quería, Llegaba y no llegaba. Periquito como siempre, ni azúcar ni mermelada.
Cuto es ingeniero nuclear…
El
público asistente y la prensa chicha contemplaban anonadados que su equipo se
había cuadrado cobardemente como una coaster de lado a lado en su cancha sin
sacar la mano ni para ver si llovía. Eso se llama cuidarse por el miedo. Eso era
sólo esperar atrás a ver si le salía una escapadita de contragolpe. Y eso fue
todo. Los locales defraudaron a su público y a su madrina la prensa chicha. Y si
a eso se le llama jugar, Cuto es ingeniero nuclear.
Cristal
era el amo y señor de las pelotas, había tranquilidad en el traslado del balón; se llegaba pero sin fuerza, sin contundencia. Toda la gasolina en el medio campo pero sólo velitas bastante misioneras
en la definición. Es que algunos entendieron mal las órdenes. Se les dijo “jueguen
en pared y escucharon “atraviesen la pared”
En
el segundo tiempo sale Ayr y el once local se arriesgó un poco más hacia
adelante. Pero los cerveceros tuvieron dos buenas que hubieran cambiado el
rumbo del partido. Un gol anulado por un árbitro y un guardalíneas condicionados
(diríase amenazados) por el gerente matutero. Y la otra fue un tiro al palo de
Calca que aflojó algunos esfínteres de angustia en la plantilla local.
Decisiones… cada día…
Hablando
en oro, el planteamiento de Vivas era lógico; mandó estorbar desde arriba presionando la salida del equipo
local. Y tan sólo con un volante de contención (Piki) y un mixto (Calca) desbarató a la línea pensante del equipo local. Se generó ataques que se desvanecieron sin
rendir frutos. No obstante, Claudio -como en la salsa de Rubén Blades- cometió
el pecado de no poner todo el jurel en la cevichera al no tomar la decisión de
atacar con todo cuando vio que los locales se replegaban por miedo a los cerveceros.
En
fin, ya todo está consumado. Ahora hay que ganar el domingo con un equipo
parchado porque no estarán Loba ni Pincel. Es de suponer que jugará Mimbela.
Lanzamos una predicción: los cusqueños vendrán al Alberto Gallardo imitando al
equipo matutero de esta tarde, arrinconados dentro de una coaster en el arco.
Échale tierra y tápalo…
Un
tal Gayoso, el gerente ‘matutero’ (ver los sinónimos en el diccionario para
darse cuenta del porqué se le llama así) fue quien dirigió el partido desde
afuera y digitó el resultado alegando desde hace días que “los árbitros favorecen
al Sporting Cristal. La orden era inclinarle la cancha al Cristal a punta de
amarillas, anulándole goles y expulsándole un jugador. Y los mandatos de Gayoso
se cumplieron al pie de la letra: Carrillo anuló un gol legítimo al Irven Beybe, y expulsó
a Loba. Sin embargo cuando dos jugadores de la banca agredieron al lateral
cervecero, Victor Hugo -para echarle tierra como los gatos cuando la ensucian- expulsó
sólo a uno de ellos, y con esto se santiguó al dar el pitazo final. Qué fácil
es expulsar a alguien que no está jugando y con ello lograr que la CONAR le
perdone el pecado mortal. ¿Así cuándo mejorará el arbitraje peruano?
Cossio, una revelación.
A
decir verdad, creíamos que el partido le iba a quedar grande por la presión
desde dentro y fuera del campo, como sucede en estos compromisos. Y al final la
cancha le quedó chica: anuló al delantero ultra archi hiper súper promocionado y
todavía se dio maña para proyectarse y disparar al arco, aunque con los
chimpunes cambiados. Y ni se chupó cuando le hicieron cargamontón para agredirlo entre varios “valientes”
de la banca matutera. Ojo con este muchacho, es un buen prospecto, hay que llevarlo paso a paso.
SOLO FALTO EL GOL. HABIA QUE SACAR A PERIQUITO Y METER A MIMBELA
ResponderBorrarSALUD PIKI, SALUD ALEXIS, SALUD CALCA, FUERON LOS MEJORES
ResponderBorrar