SPORTING CRISTAL AHOGÓ AL CICLÓN: ¡5 SON SUFICIENTES!

Por Manuel Araníbar Luna.
Todo estaba listo para la fiesta. El Alberto Gallardo lucía engalanado. Parecía la inauguración de una olimpiada chola. El ochenta por ciento de los hinchas vestían todas las tonalidades de los colores cerveceros, desde el azulino hasta el celeste pálido. Y cuando apareció el cuadro rimense lo recibió una explosión de papel picado, globos, niebla artificial, anticipando la celebración.


Pero…¡Epa! Empezando el partido las riendas del ataque las tomó el Aurich. Los delanteros rojos entraban haciendo un calco del Sporting Cristal de inicios del campeonato. Llegaban por todos lados, ganaban todas las pelotas por arriba y por abajo, entraban como en su casa. Un hincha me dijo “han venido a arrasar con todo”


Y Cristal no había llegado ni una sola vez. Hasta que a los 9’ llegó la gran oportunidad. Pase de Pincel a Burrito, este que se la lanza al Irven. Y el delantero celeste hace un amague se perfila y da positivo en primera. . Nadie lo esperaba.


Sucede que los celestes se han fallado tantos goles en este campeonato que todos estábamos pensando lo mismo: “El Irven va hacer una de más y se la va a fallar!”


Y no la falló, pues. Pateó fuerte, arrastrada al ángulo como en el bowling, porque los atacantes celestes habían entendido muy bien las palabras de Mosquera:


- Ya lo saben, patéenle de cualquier lado, pero bien fuerte y a rastrón, porque el talón de Aquiles de los arqueros larguiruchos son las pelotas al ras del piso.


Uno a cero. Y el elenco rojo reaccionó con furia. Sus ataques llegaban insistentemente. La defensa celeste aguantaba a pie firme. ¿Qué pasaba? Que Aurich generaba ataques con seis hombres – ya lo hemos dicho, imitaba al Sporting Cristal – , pero el elenco cervecero sólo contenía con uno solo: el Piki. Un solo cazador contra seis gavilanes, porque ni el Burrito ni el Pincel, ni Loba quitaban una. A lo mucho tapaban zona, pero el quite y la contención no es su especialidad.


Hasta que llega el tremendo patadón al arco del Loco. Piña el Pacho: la bola le choca y el Loco se descoloca. Uno a uno, y la incertidumbre se apoderó de los hinchas. Terminó el primer tiempo con un sinsabor. Los hinchas celestes nos mirábamos las caras sin atrevernos a decirlo ni siquiera en voz baja:


“Podrá soportar nuestra defensa estos terribles ataques durante todo el partido?” , “Y si nos ganan?”. Todos se preguntaban en murmullos: “¿cómo va el Garcilazo?”

Pero Mosquera leyó bien el esquema. Movió sus trebejos y aplicó el enroque. Puso a Rengifo y a Tarek.

Tarek como segunda valla de contención para ayudar al huérfano Cazulo. Y Rengifo, para que se meta como cuña entre los backs rojos que hasta ese momento se estaban paseando en los centros por alto y se proyectaban como les daba la gana.

Y el panorama cambió. Todas las pelotas por alto las comenzó ganar y a pivotear el Charapa para Renzo, Junior y el Irven. Pero el Aurich seguía atacando.


LA ATAJADA DECISIVA DE ERICK


Y llegó el momento cumbre, el instante decisivo que hizo dar un vuelco al partido. El Loco, con ese sello de seguridad que le había dado el atajadón del penal en el partido contra Gálvez, se hizo otra no menos espectacular. Atajó una bola venenosa a boca de jarro de Guevara. La chapó y la jugó de inmediato para un contragolpe de tres toques al área contraria. Y el Irven la hizo igualita a su primer gol, se quitó a uno de encima, enganchó para el centro, se perfiló y detonó un fierrazo rasante que dejó vencido a Penny. 2 a 1.

Y todo el ímpetu del Aurich desapareció para dejarlos sumergidos en un verdadero caos, atorados por los contragolpes fulminantes de los bajopontinos.

Yotún se le pegó como chicle al Periquito y lo desarmó, porque valgan verdades, si al Perico le das un par de metros te destroza la cintura, como pasó en el primer tiempo. El Aurich quedó devastado, aplanado por un bulldozer, un Caterpillar celeste que se enseñoreó del partido. Pero aun así, con un gol de ventaja, se temía el empate del Aurich, porque Tejada era un taladro con diente de oro que hincaba por todo lado.

El suspiro de tranquilidad llega recién cuando Loba mira de reojo Junior y le da el pase de la traición. Es decir, miró a un jugador y se la entregó en callejón a otro. Junior la adivina y con toda la conchudez del mundo se la chorrea a Penny, pero le rebota y la empuja suavecito. Estallaron las tribunas. Uf, qué sofocón.

Pero todo no quedó ahí. El Charapa que estaba picón porque había ganado todas por arriba, incluso se había perdido un gol de cabeza que rozó el travesaño, esta vez la recibe desde la derecha, se lleva de encuentro a su clon, el chino Contreras, y se la pone suavecita a Penny, bien al ángulo como un tacazo de billar directo a la buchaca. Charapa miró a la tribuna y desfogó su alegría. Tiempo que no anotaba. El Loco Erick Delgado corrió toda la cancha para coronar la pirámide de cerveceros: esta es la verdadera Sangre Celeste.

LA PINTURA DE LEANDRO


Y para cerrar el partido, dicen que no hay quinto malo. Este, por el contrario fue muy bueno, excelente, súper. La pesca Leandro, que hasta ese momento no la había tocado. Se lleva a uno, quiere dar pase pero lo cierran dos que quieren hacerle un pan con jamonada, se los lleva y casi sin darse cuenta se encuentra con Penny con una cara de “por favor, no me mates”. Pero Leo no perdona y se la cucharea. Qué golazo. La apoteosis. Rivera mira el reloj, sopla y les dice a sus acompañantes “Nos vamos”. Te irás tú solo, Rivera, porque nosotros nos quedamos a festejarlo.


LIBRETA DE CALIFICACIONES.


DELGADO (17). Ratificó su calidad. Si hay una marca Perú, también hay una Marca Celeste ® registrada para los canteranos como Delgado, que la sufren, la transpiran y dan el alma por ella. Las tribunas lo quieren. El loco lo sabe y agradece. Ese tapadón al ras previo al segundo gol de Irven fue la mecha ardiente para la explosión goleadora bajpontina.


VALVERDE (14). Estuvo cumplidor. Mejoró en la complementaria, a pesar de la pesadilla del primer tiempo (pesadilla para toda la defensa). No obstante, no se mandó mucho al ataque. Marcio es un gran lanzador, su centros siempre son gravitantes aunque no los aplica muy seguido.


MARQUITO (15). Le tocó bailar con la más fea con diente de oro. Pero salió bien librado, porque valgan verdades, marcar a Tejada es una tarea que te jo… Fue bien a los saltos. Claro, no las ganó todas pero fue eficiente, prolijo, cuidándose de no cometer faltas (la mayoría las inventó Rivera).


VILCHEZ (14). Sobrio y atento. Tuvo que multiplicarse en la cueva para hacer los cruces y cerrojos de tantos ataques que rebalsaban las bandas. Pero piña el Pacho. El patadón que ocasionó el gol de empate chocó en él. No fue falla, fue casualidad. A eso están expuestos todos los backs del mundo. No faltará un amargado que le echará la culpa.


YOTUN (14). Sufrió en el primer tiempo las incursiones de la delantera chiclayana. En el segundo tiempo se dio maña para pegarse al Periquito y anularlo. William creía que el Yotún lo iba a seguir por todas partes, para crear un vacío por su banda. El Yoshi no cayó en el juego del Perico cuando este se fue por el centro.


CAZULO (17). El fuelle, el tanque de oxígeno, la transfusión de maca con quinua. Jamás se entregó. Fácil se hacía la maratón de Londres después del partido.


LOBA (16). Muy bueno cuando se le prenden las bujías. Le salen unos pases mágicos como los de Chris Angel. Su servicio a Ross se compara a las jugadas de Iniesta.


MARIÑO (14). Generó varias en el primer tiempo, entre ellas el pase a Irven para el primer gol. No obstante abusó de individualismo jugando sólo para el Sporting Mariño F.C.


PINCEL (15). Mejoró con respecto a anteriores partidos. Hizo buenas paredes con Irven, Loba y Burrito. Buenos pases al vacío. Sin embargo por momentos se vio afectado por la seguidilla de encuentros.


AVILA (18). Sus dos goles lo dicen todo. No es la primera vez que anota de a dos. Pero esta vez volvió a lo suyo, a su alegría para jugar, para divertirse, para patear con temperamento, para obedecer las órdenes de su DT.


ROSS (17). Ya se han hecho costumbre en él los piques de guepardo y los quiebres y cambios de ritmo a la carrera, los arranques veloces y los enganches para adentro para soltársela al mejor ubicado. Coronó su actuación con un gol que se lo ganó a pura insistencia. Si metía el segundo se ganaba los 19 puntos.


RENGIFO (16). Fue el gran pivoteador. Ganó todas por alto por su fuerza y su insistencia. Su gol le aumentó el puntaje. Y si entraba ese cabezazo, su puntaje subía a 18.


TAREK (16). Los obreros como él no lucen pero son eficientes. Fue la abejita, la gran ayuda para Cazulo. Bloqueó, cubrió, y hasta se mandó para adelante un par de veces. Si se sigue contagiando del temperamento de Cazulo, tendrá ganada su renovación de contrato.


LEANDRO (16). Casi no la tocó, pero el gol que anotó fue de final de Libertadores. ¿Lo publicará la prensa anti Cristal?


RIVERA. No te pongo nota porque tus colegas se van a reír de ti, además estoy contento y no quiero amargarme la cena.


BARRAS CELESTES (20). Otra vez se ganaron la máxima puntuación. Medalla de oro olímpica por alentar sin desmayo, cantando hasta enronquecer. Sus gritos aturdieron al flaco Penny y consiguieron que se coma cuatro goles en el segundo tiempo. Aunque cada una tiene su propio repertorio de cánticos, por momentos el grito fue uno solo en el estadio “¡Ese es Sporting Cristal, Cristal, Cristal!


PELOTITA QUE QUEDÓ DANDO BOTES. ¿Se podría organizar el concurso “Cuál fue el mejor gol cervecero del 2012? Hay tres candidatos hasta el momento:


1. El gol de Sheput a Alianza Lima (con el jugadón de Ross).

2. El gol de 40 metros del Flaco Delgado.

3. Este último gol de Leandro.