Por: Manuel Araníbar Luna.
Desde que en el primer tiempo vimos
que Garcilaso no se mandaba con todo al ataque - salvo la primera jugada en que
Andy Pando casi vence a Delgado – nos imaginamos que el partido iba a terminar
empatado. Ambos equipos se esperaban y la pelota iba de un campo a otro con
pocas ocasiones de peligro. Se empezó jugando ambos al ollazo, Cristal sólo
conteniendo los avances y rechazando adonde
sea, reventándola hacia adelante para ver quién la agarraba. Garcilaso hacía lo
mismo.
El elenco cusqueño estaba nervioso,
cometieron varias faltas contra los
celestes, las cuales no fueron aprovechadas por los del Rímac. No la ponían al
pasto. Junior Ross, por la izquierda, era quien tomaba la iniciativa porque la
pelota más se paseaba por su ala. Cuando
se le presentó la primera oportunidad, hizo uno de sus característicos avances
pero no por la punta, sino enganchando hacia adentro, llevándose a quien le
salía al pase, y metiéndose por los vacios, y remató de izquierda exigiendo al arquero.
Lamentablemente Junior no miró de reojo a Rengifo que llegaba por el
centro. Esa fue la más peligrosa del
primer tiempo. Y si la convertía, cambiaba la cara del encuentro.
Pero algunos se ahogaron antes de
tiempo. Irven no se desmarcaba, Rengifo siempre tapado. Advíncula sólo lo hacía
a cuentagotas. Lobatón, siempre rodeado de adversarios, se quedaba sin panorama. Cazulo en lo suyo, aunque no
exigiéndose. Neca Vílchez tan sólo tapaba en zona. Atrás la zaga rimense no
pasaba contratiempos.
Toda esa pausa, esa exasperante lentitud en Cristal
que contagió al equipo local hacía que el juego se ponga aburrido, tedioso.
Esto les convenía a los cerveceros. Pero las desconcentraciones siempre suceden
en los cinco últimos minutos: casi a los 45’ en una serie de rebotes, todos por
alto, bombean la pelota a lo que salga, un defensor se demora en la trampa del
offside, dando lugar a que se manden
juntos tres jugadores de Garcilaso, y uno de ellos la mete de cabeza,
abriendo el marcador.
Para el segundo tiempo entraron
Marcio, Yoshimar y el Pincel pero casi nada cambió, por el contrario las cosas
empeoraron. Ross tuvo otra gran oportunidad pero nuevamente se le chispoteó.
Pincel intentó de lejos un par de veces sin trascendencia alguna. Y eso fue
todo por parte del elenco cervecero.
Los dos goles siguientes fueron por
aplicar mal la trampa del offside. El tanque de oxígeno no alcanzaba para
tantos jugadores y la intención de empatar sin aire y sin piernas se disipó por falta de
reflejos.
CODA.
En resumen, el equipo rimense perdió
por ahogo. Y no sólo por falta de oxígeno (lo cual no es una excusa, es la
primera razón), sino porque Garcilaso adelantó sus líneas apenas vieron que
Cristal ya no adelantaba las suyas, que Ayr estaba sin aire y sólo caminaba,
que Advíncula, Yotún y Reyes no se proyectaban; que la pelota no salía jugada
al pie, que Rengifo las recibía todas compartidas y muy lejos del área. En
suma, los imperiales encontraron la mesa servida y se despacharon a su gusto.
Pero esa lentitud y falta de
iniciativa también fue causada por desgaste. Se está jugando los miércoles y
domingos y, aunque venga al equipo el
mejor preparador físico del mundo, la inflamación por las patadas y codazos
recibidos cada tres días no cede en tan poco tiempo; el estado físico merma,
las piernas no obedecen, y en la altura
cusqueña –esto lo sabemos todos – el cerebro manda las órdenes vía satélite
pero los reflejos obedecen en carreta.
Además, la resistencia a la altura para un partido no se compra en la
botica.
Claro, algunos ya opinan inocentemente
que cómo no le sucede lo mismo a Garcilaso. Es que Garcilaso ha estado jugando
en su salsa, al mismo nivel.
¿Y ahora? Borrón y cuenta nueva,
porque este fin de se viene otro partido igualmente difícil y se necesita del
aliento del hincha. No hay tiempo para lamentarse ni para pedir a gritos que se
vayan todos.
Al inca Atahualpa se le atribuye la
frase “Usos son de la guerra vencer y
ser vencidos”. Y en algún momento
el cuadro rimense tenía que perder. Esta vez no alcanzó ni para el empate.
Tarea para la casa:
Ensayar cincuenta mil veces la trampa
del offside.
esquina casi siempre encuentro discrepancias contigo, pero hoy te doy la razón. El equipo está gastado, golpeado
ResponderBorraryo soy de huancavelica y para mi la altura no es problema
pero para los limeños si lo es
y lo que has puesto en al facebok es un desafío paracualquier limeñito que no ha salido ni a chosica
a ver que corran nobenta minutos en el cusco?
fuerza cristal ptm
cuando no serrano de mierda
Borrarsiempre insultando a los limeños
si eres del cristal debes dejar DE LADO ESO DE LIMEÑITOS
CON ESO QUEIERES DECIR QUE LOS SERRANOS SON SUPERMAN
BETE DE CRISTAL MIERDA SEGURO ERES DE GARSILASO
NO TE NESESCITAMOS