Por Manuel Araníbar Luna
Mi nota de hoy iba a tratar de los partidos por las clasificatorias:
el empate de Uruguay y Venezuela, la derrota de Bolivia ante Chile y la goleada
de Argentina a Ecuador.
Pudimos constatar que Messi por fin se había quitado la camiseta
del Barza, mejor dicho, por fin había sudado la chompa de su selección. Porque para
su elenco albiceleste estuvo “casi tutta la vita morto”. Parecía no sentirse
argentino.
Quizás la razón de esto radique en que fue acogido – mejor dicho contratado- por el
Barza desde que era un niño de trece años, porque ninguna institución deportiva
argentina quiso asumir los gastos de su tratamiento hormonal para crecimiento;
porque el Barza pagó todos los gastos de ese carísimo procedimiento, porque el club
catalán le dio alojamiento y comida, y
porque, además, proporcionó empleo para
algunos de sus familiares. Esto puede explicar la poca adrenalina que soltaba por
el representativo de su país. No obstante, los que amamos a nuestra patria no
justificamos tal actitud.
Muchos comparan aquella situación de Messi con el caso de algunos
destacados jugadores que juegan en Europa. Los resentidos aficionados reclamaban
que, cuando venían a jugar por el equipo
cholo estos muchachos lo tomaban más como un barajo para visitar a la familia,
amigos y trampas, para hacer turismo y disiparse - con unas chelas a media
noche - del stress que se vive en Europa. Hermosa manera de regresar a su país,
¿no?
Y es que los clubes europeos, de la misma manera en que te pagan
buen billete, igualmente te mochan una buena tajada de tu sueldo con cualquier
pretexto: cuando te desubicas manejando ebrio, cuando subes de peso, cuando
haces desarreglos, o cuando te lesionas jugando por un equipo que no te paga,
estés autorizado o no, sea tu selección o no. Y en estos casos, muchos
jugadores prefieren lesionarse jugando
por el equipo que les da de comer que por su selección, porque para ellos el
sueldo es lo primero, ¿sí o no, muchachos?
Cómo cambian los
tiempos, Venancio
Pero cómo extrañamos los días en que Hugo Sotil desobedecía a su patrón
europeo, ¡al propio Barza de Cruyff y Caszelli!, solventando el pasaje y
estadía con su propio dinero, para jugar por la selección de su patria haciendo
trasbordo de hasta 36 horas. Como lo
canta el dúo cubano Los Compadres:
¡Cómo cambian los tiempos, Venancio!
Cuando campeonó la selección peruana en el sudamericano del 75, ¿sabes
de cuánto fue el premio para cada uno de los jugadores peruanos? ¡150 dólares! Y ni siquiera se les pagó en efectivo ni en
cheque; tuvieron que jugar un amistoso
en Ecuador para cobrar su billete.
¿Y sabes cuánto cobraron los jugadores colombianos, que quedaron
segundos? ¡Diez mil dólares cada uno, plop!
$i
m€ paga$
bu€n bi££€t€ ju€go bi€n
No es que quiera refregárselo a varios jugadores que casualmente
se lesionan antes de jugar por su patria; tampoco quiero ponerlos bola al centro,
pero me parece que los tiempos han
cambiado. Ahora el futbol es un show business, porque lo que lo mueve es el
billete verde, y muchos jugadores se dan el lujo de arrochar al equipo de su
patria. ¿Por qué? Bueno, hay tres símbolos que responden por mí y son
este: $ (dólares), este: £ (libras esterlinas) y este: € (euros),
con los cuales se puede crear frases que dicen mucho:
$€
v€nd€ jugador€$
$i
m€ paga$
bu€n bi££€t€ ju€go bi€n
$omo$
prof€$iona£€$, y no $€£€ccionado$
Mi
a£ma €$tá m€ta£i$ada
Y
Mi cora$ón p€rt€n€$€ a£ Báy€rn
santas y verdaderas palabras, este articulo debería publicarse en todos los periodicos, pero cmo dice el autor de la nota, ni se van a tomar el trabajo depublicarlo porque todo esta podrido, la conmebol, los arbitros, los jugadores, los sponsors.
ResponderBorrarte olvidaste mencionar que los canales de TV tambien estan solventados por los mercaderes del football.
Borrareste es un negocio men
no esperes amor a la camiseta
arriba peru carajo no perder las esperanzas