Por Manuel
Araníbar Luna
Pues señores de Conar,
no sean tan majaderos.
¿Por qué mandan arbitrar
a tremendos turroneros?
Esto
no es de ahora, esto es ya habitual, endémico, recurrente. Hoy se repite la
historia. Y ya es tiempo de proceder a
elevar nuestra protesta al más alto nivel. Desde hace varios años, los señores
del silbato se han ensañado con el equipo cervecero. Ejemplos hay cientos. Y
fíjense las respuestas que desde hace varios años están dando los jueces
después que nos perjudican:
“Sinceramente
me equivoqué”.
“Tengo mi conciencia limpia” (!)
“¿Quién
dice que lo hice por compensar un error?”
“El
juez de línea no vio nada, por tanto me basé en su apreciación”.
“No
vi a los tres delanteros adelantados” (luego del gol de Fleitas).
“Me
mentó la madre (cuando sancionaron a Soto recurriendo a un profesor de
sordomudos)
Esta
perla es muy reciente, todos leímos esta noticia:
“Freddy Arellanos …. admitió que se equivocó en validar el gol
de José Carlos Fernández, el cual debió ser anulado por estar posición
adelantada.
“Lamento que haya sucedido y espero que no se vuelva a repetir.
El visto bueno lo doy porque el asistente corre hacia la mitad de cancha. De
todas maneras, la responsabilidad es mía”, afirmó Arellanos.”
Si, sí,, Arellanos, pero admitir
tu responsabilidad no nos adjudica los tres puntos.
¡Y,
uf, para qué seguir enumerando!
CHICHEÑÓ
Y
ni se puede reclamar por ello porque hay una mordaza más que implícita: ni
entrenador ni jugador, ni institución perjudicados pueden alzar su voz de
protesta. Uno tiene que hablar tibiecito:
“Shh,
nada de aspavientos para que el de arriba no se moleste y nos vaya a dar tas-tas en el potito”.
Esto
me hace acordar una de las más famosas tradiciones de Ricardo Palma, “El Obispo
Chicheñó”, puesto que a toda injusticia hay que arrodillarse y rezarles con una
genuflexión y responderles con un sumiso ‘chicheñó’.
¿Hasta
cuándo? Ya pues, paren la mano, las tarjetas y el silbato contra los cerveceros,
que esto no se ve en el ámbito deportivo de ningún país. Aunque quién sabe,
estos señores quieran sentar precedentes de originalidad y deseen exportar esta ley - mordaza como Marca
Perú.
¡A
COMPRAR POLLADAS!
Y,
sobre todo, ¿qué tienen contra el Sporting Cristal? Porque todo ese maltrato a
los celestes beneficia a los dos
“grandes” que están en problemas aún más
grandes. Ya lo dije hace unos días, si
quieren ayudarlos cómprenles unas polladas pro-sueldos, pro-recibos de luz y
agua, pero eso de regalarles partidos es una tremenda mermelada en envase de
veinte kilos. Jalar de la basta a los de arriba de la tabla con injustas expulsiones
o penales inventados para que suban unos escaloncitos aquellos equipos que
están en crisis no es casual, tampoco es nuevo.
¿Está
claro?
Para muchos despistados no lo está. Me refiero a quienes aspiran como
perfume esa humareda de diarios y programas deportivos de TV. Muchos incautos engullen
enteras esas gigantescas ostias que les venden, a china el ejemplar, los medios vendehumo. Dicen que alucinamos,
que vemos visiones, que la paranoia nos ciega. Si, cuñao. Cuando gana el
Sporting Cristal nos ponen una serie de atenuantes: que nos ayudaron, que el
otro equipo venía mal, que estaba con problemas, que no estaban completos, que
no les pagan los sueldos. Pero cuando perdemos con ayuda de los árbitros todo es
fruto de nuestra imaginación. Chicheñó.
SPÓNDILUS
GIGANTE
Hasta
ahora no hemos visto a ningún medio escrito o televisado calificando como malos
los arbitrajes que han perjudicado al equipo rimense. Pucha que se manejan una
caparazón de Spóndilus más grande que la del Campo de Marte.
SANTIGÁS
Con esto no eximimos de culpa a Álvarez y Mariño, pero si
observamos con detenimiento el video de el partido Inti Gas – Cristal verás que
infracciones como las del Burrito y el Chasqui hubo como quince por parte de
ambos bandos. Si el árbitro hubiera aplicado el reglamento al pie de la letra hubiera
expulsado a los veintidós, o por lo menos les hubiera mostrado el cartón amarillo
a todos. Algunos por jalonear, por codear (hubo cerca de treinta codazos) a otros por demorar, otros por fingir y todo lo
que se pueda entender como infracciones punibles. Por ello es que a los árbitros
se les pide criterio e imparcialidad, algo que es bastante escaso entre los
jueces de nuestro medio futbolístico.
Lo
cierto es que el Inti Gas ganó con doce jugadores, uno de ellos soplaba el silbato.
Después de ese partido, el equipo
ayacuchano se debería llamar Santigás.
buena causa,
ResponderBorrarla gente del Rímac se ha olvidado de esa cuando validaron el gol de Fleitas con tres adelntados.
Fiuerza Sc SC Sc ScSC SC