Por : Manuel Araníbar Luna
ARAUJO (14).
No tuvo exigencias. En algunos pasajes del encuentro tranquilamente pudo
echarse una siesta. Tuvo una falla, una que le quedó corta y casi lo vacunan.
ADVINCULA
(15). Poco a poco se va asentando en su nueva ubicación. No desentonó cuando lo
cambiaron a la izquierda en el segundo tiempo. Sus centros salieron venenosos y
sus incursiones a todo cuete causaron estragos en el área chimbotana. ¿Qué le
faltó? Un poco más de proyecciones en diagonal. Hizo varias aunque no muy
claras. Debería practicar estas diagonales porque, cuando se lanza pegado a la línea
de cal, inmediatamente lo cierran dos o tres contrarios y le dificultan la
tarea.
ALVAREZ (18)
Uno de los mejores. Puso pie firme, se olvidó de las planchas malintencionadas
gracias a la lección que le dejó su reciente expulsión. No dejó respirar a los
delanteros norteños. También subió al ataque. Hizo muy bien la posta cuando se
descolocaba un compañero. Se está comprendiendo muy bien con Ayr.
AYR (16)
Toda una garantía por alto y, como suele jugar, hizo la justa. Esta vez no le
quebraron la cintura, en buena hora. En el segundo tiempo hubo algunas descoordinaciones
entre ambos centrales, sobre todo en pases laterales, pero en cuanto a cruces,
trampa del offside y relevos, todo salió bien. No se hizo problemas para
reventarla en las pocas situaciones de peligro.
YOSHIMAR
(15) Aunque tampoco tuvo mayor peligro por su zona, su actuación fue destacada.
Sus proyecciones no fueron tantas como
se esperaba pero cumplió cuando se le requirió. Y atacó cuando la tuvo en los
pies.
CAZULO (18).
Ya se ha hecho una costumbre su regularidad, su lucha, su entrega y su manera
uruguaya de pelearlas todas. Por fín metió su gol después de tantos intentos. El
arquero Reyes no vio el misilazo que le mandó el Chiki, sólo sintió el zumbido.
Al final el yorugua se fue ovacionado y su nombre lo coreó la barra. Buen síntoma
de su arraigo entre la hinchada.
LOBA (17). Fue
quien despejó el panorama cuando el elenco chimbotano pobló el medio campo
hasta con ocho hombres. Siempre la sacó limpia, el cambio de frente de un solo
pelotazo, el pase en callejón. Sobrio y sin adornos, fue la batuta en este
concierto de goles. Sus limpios servicios generaron innumerables llegadas para
Mariño, Ross y Ávila.
MARIÑO (17)
Ese triángulo que formó con el Loba y el Chiki Cazulo fue el eje de creación de
ataques rimenses. Con tanto chimbotano en el medio campo (hasta ocho chimbotanos
estorbaban a la línea de creación cervecera), la supo administrar con pulcritud.
Pintó un golazo de sombrero como para el
Hall de la Fama.
ROSS (16). Si
el patadón de Cazulo hizo recordar los misilazos de Gallardo, sus piques a
trancos largos por el filo de su banda nos retrotrajeron a la época de los veloces punteros de antaño. A sus
marcadores, que lo marcaron en posta, los dejó con la lengua afuera. Salió desde
muy atrás como un carrilero, lo cual siempre crea un plus de exigencia y
desgaste físico, pero esto no le bajó las revoluciones en absoluto.
RENGIFO (16).
Su lema es “El que la sigue la consigue”. La insistencia, la cargosería, la
perseverancia, la tenacidad son virtudes que complementan lo característico de su
juego. Así la hizo contra la escuadra pesquera. Se perdió varias, hasta que la
metió de arrastrón. Colaboró con el medio campo y la defensa. De puro cargoso
robó varias pelotas creando zozobra entre la defensa rival.
AVILA (17) El
gol tempranero que anotó le asentó la confianza que viene agarrando poco a poco
en el campeonato. Esta vez tuvo más dribling, más panorama, más colaboración. No
se embarulló llevado por la desesperación, como en otras ocasiones.
NEKA (15). La
hizo bien, cortó se ubicó donde se generaban los contragolpes chimbotanos. Y supo
cortar, salir y acompañar. Lección aprendida luego del gol aliancista: ya
levanta la cabeza para ver si hay moros en la costa y ya la suelta rápido.
BULOS. No se
le puede calificar por el poco tiempo que estuvo y lo poco que la tocó. El gol
de Rengifo bien pudo ser suyo pero no la pescó.
En resumen,
aprobaron. En el segundo tiempo bajaron un poco los ataques y hubo algunas
descoordinaciones en las salidas lo cual creó algunos baches y pérdidas de
pelota, menos mal que sin ningún contratiempo que lamentar.
Tarea para la casa
Ahora, dejemos
los elogios por un momento, esta semana hay que mentalizarse para el encuentro
en Chiclayo. Pizarra y movimientos tácticos para apagar la chispa actual del
Juan Aurich. Amarrar al panameño Tejada y al Periquito Chiroque que son un
dolor de cabeza para cualquier defensa. ¡Fuerza Cristal!
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