Por:
Manuel Araníbar Luna.
Este post fue publicado en el 2011 cuando nos llegó la noticia de su retiro. Comprendimos entonces la letra del tema de Héctor Lavoe, que todo tiene su final, que nada dura para siempre. Que había llegado el momento de decir chau.
Chorri,
sangre de campeón,
Actitud, temperamento,
Estrella del firmamento
Celeste por tradición.
Generador de emoción,
Animó a los más reacios.
Grítalo a los cuatro espacios,
De Washington a Moscú:
El lema “Te Amo Perú”
Actitud, temperamento,
Estrella del firmamento
Celeste por tradición.
Generador de emoción,
Animó a los más reacios.
Grítalo a los cuatro espacios,
De Washington a Moscú:
El lema “Te Amo Perú”
Lo firmó el Chorri Palacios.
Sacándole música a la pelota...
¿Recuerdas,
SC, hermano cervecero, a ese muchachito movedizo, nerviosón y
quimboso, que el año 91 apareció vistiendo la divisa del primer equipo
del Sporting Cristal?
Ese
es, el mismo muchacho, casi un niño, que siempre tuvo a la mano el overol del
obrero, la escuadra y el compás del proyectista; el badilejo y la plomada del
albañil para armar paredes a puro toque callejero. Ese mismo que usó el pincel y la paleta del artista que, sin
pasar por Bellas Artes, pintara hermosos goles. Ese mismo que, sin pasar por el
Conservatorio, supo sacar música de la pelota, del bombo y la trompeta del Extremo Celeste,
el bongó del tío Freddy Ambia y las cantatas tribuneras.
Ese
es el muchachito que, solidario y entusiasta, acompañó a sus compañeros desde
el área cervecera, cruzando el ombligo del campo hasta el peligroso rectángulo
contrario, tocando a uno y otro lado, generando jugadas y pases-gol en los
momentos más difíciles, entregándola sin cobrar peaje a cualquiera que tuviera
la divisa color cielo para que la clave entre las redes contrarias.
Ese mismo muchachito escurridizo que supo hacer toques inverosímiles
sin llegar a la payasada ni usar el firulete para burlarse de nadie, porque
siempre ha hecho la justa y la necesaria, porque el contrario solito se
ridiculizaba cuando quería rascarlo, cuando quería pecharlo o aprovecharse de
su mayor peso o estatura (hasta ahora el Chemo sigue con la mirada perdida
después de sufrir aquel famoso sombrerazo, la tarde en que Cristal volteara el
partido 4 a 3 en su misma cancha). Porque la estatura o el peso en el
campo lo dan la calidad, la entrega y el valor. Nadie imagina una galería de
cracks del Cristal de todos los tiempos sin Vides Mosquera ni Chumpi, sin Pedrito Ruíz ni Koki Hirano, sin Velita Aquije ni Pepe del
Castillo.
Ese
es, cervecero, el mismo muchachito que no se sabe de dónde saca oxígeno y gasolina porque
jamás ha parado de correr y de sudarla en las buenas y en las malas. Que, ante
la salida de otras glorias, se puso el equipo al hombro para sacarlo de las
peores dificultades. Y aún sigue corriendo.
Con la 8 o la 10, la misma calidad...
Ese
es del SC, el mismo jugador que nos ha dado alegrías en la familia cervecera y
con el distintivo número 10 de la selección peruana, aunque empezó en la
celeste con el 8. Y que, para rubricar el clímax, anotara goles hermosos,
increíbles, imposibles, incatalogables, incomparables, fantásticos, artísticos,
elegantes (siguen los adjetivos). En fin, goles dignos de un palacio.
Ese
muchachito se llama, aunque naciera en cuna humilde, Roberto Palacios..
Hoy
los años le están arrancando cabellos de uno en uno, pero sigue corriendo.
Porque una lesión no te hace débil. Y un cabello decomisado por el peine no te
hace más tortuga ni más tío, si no pregúntaselo a Oscar de León y a Alberto
Bonnet. La prueba es que veinte años después, ese muchachito sigue corriendo, y
marcando época con la persistencia del inolvidable Forrest Gump, con el aguante
de los aerobistas de la Costa Verde, con la fuerza de un escolar por no
perder la combi, con la velocidad de los escaperos de Gamarra, con el
despliegue de energías del Flaco Quesada. No tiene tanta ligereza y casi no
anota goles, pero sigue corriendo.
Han
pasado casi veinte años desde su debut en primera y algunos más desde que
pichangueaba en la categoría sub-cuna y que empezara con la de las dos bolitas,
una encima de la otra, la del Chavo, la 8; y que hoy usa la camiseta de
los elegidos, la del palito y el aro, la de los hechiceros, la 10. Es el mismo
personaje que aún sigue corriendo, pero, pero, pero…
Hoy
nos llega la noticia de su retiro, que ya se baja de la combi, que van a quedar en el disco duro las alegrías que
nos dio. No obstante, aún vemos al Chorri que sigue corriendo tras ella…y a veces
llega antes que ella… la espera, la domina, le da un botecito y la clava en la canasta del recuerdo...
Ese es el mismo, ese es él. Ese es de la SC.
estoy radicado ya 30 años en esta linda tierra. y el jugador que más me ha emocionado ha sido el Chorri, pese a que nos anotó un gran gol en las eliminatorias. felicitaciones al columnista, escribe maravilloso, como el gran Borocotó
ResponderBorrarGracias, amigo uruguayo, tú si sabes de calidad. felicitaciones también a tu selección. apunta para campeonar en Brasil 2014
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